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Al menos 25 personas han muerto en la ciudad sureña de Deraa, epicentro de las protestas contra el presidente Bashar al-Assad, donde testigos reportaron que las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar una manifestación.

La agencia estatal de noticias, por su parte, alegó que grupos armados habían asaltado a efectivos de la policía siria en la ciudad de Deraa la tarde del jueves, matando a 19 miembros de la fuerza del orden público y dejando al menos 75 policías heridos.

Testigos dijeron que los manifestantes reaccionaron a los disparos policiales pegando fuego a un local del gobernante Partido Baath y destrozando una estatua del hermano del presidente.

"Vi charcos de sangre y tres cuerpos siendo levantados de la calle por familiares", dijo un testigo que habló por teléfono desde la ciudad.

"Había francotiradores en las azoteas. Los disparos eran intensos. Los heridos están siendo llevados a casas. Nadie confía en llevar a un familiar al hospital en estas circunstancias. Muchos manifestantes temen que serán arrestados si son llevados a las clínicas", añadió.

Una ola de protestas sin precedentes contra décadas de Gobierno del Partido Baath sacude Siria desde hace tres semanas, atizada por otras revueltas populares en Oriente Medio.

Assad ha respondido con una mezcla de fuerza que dejó decenas de muertos y algunos gestos de apertura.

La agencia estatal de noticias SANA atribuyó el tiroteo del viernes en Derá a "vándalos" que, dijo, mataron a un policía y al conductor de una ambulancia.

"Algunos de los pistoleros estaban disparando munición viva contra los manifestantes y las fuerzas de seguridad. Esto expresa clara y abiertamente que hay algunas personas que quieren lo peor para Siria", dijo la televisión estatal, mostrando imágenes de hombres encapuchados disparando.

No fue el único foco de violencia en Siria, donde al-Assad intenta contener una revuelta como la que derrocó en los últimos meses a los presidentes de Túnez y Egipto e hizo estallar una guerra civil en Libia.

En Damasco la policía atacó con bastones a manifestantes suníes a la salida de una mezquita.

"Era difícil saber quién era quién porque las fuerzas de seguridad no llevan uniforme", dijo un residente occidental que vive cerca de la mezquita de Rifai, al sur de la capital.

Otro testigo dijo por teléfono que las telecomunicaciones habían sido cortadas en Harasta, un suburbio de Damasco convertido en bastión de la oposición suní contra el Gobierno de minoría alauita.

Centenares de personas salieron a las calles de Homs, una ciudad suní en el centro del país.




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